Los guijarros provienen de bloques erráticos derivados de la disgregación de diferentes tipos de roca. Los de pórfido y de granito tienen forma oblonga y más o menos esférica, y se utilizan con mayor frecuencia para la pavimentación de zonas históricas y en la decoración exterior de mansiones, de parterre y de parques.

Grava y pavimentaciones drenantes

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La grava de pórfido se utiliza sobre todo para la realización de jardines secos y de pavimentaciones drenantes. La inspiración principal, tanto en contextos públicos como en contextos privados, es la de los jardines japoneses Zen y Karesansui, los cuales se enriquecen con piedras monolíticas de decoración.

Se trata de algo fascinante, moderno y minimalista, y también con bajos costes de manutención – representando así una excelente alternativa al clásico jardín occidental, sobre todo en zonas donde hay carencia de agua.